jueves, 21 de julio de 2011

CUENTO: TU PIEL EN SEPIA



Alguna vez sentiste la palabra Sepia…???
Quiso mi imaginación inquieta, buscar el significado de esa palabra y…al final de mis averiguaciones, di con la tan ansiada respuesta.
Se trataba de un color tan especial qué solamente se podía lograr envejeciendo cualquier fotografía, a un tono de papel marrón con mezcla de colores pasteles.
Pero…mi mente agitada de tormentas de sueños y de erotismo…, no tardó en buscar algo que represente ese tan ansiado color… en el cuerpo de una mujer…
Y como si el destino de uno fuese el de encontrar esos momentos fortuitos capaces de armar un relato…., casi por accidente accedí a conocer el maravilloso mundo del color SEPIA.
Me dediqué a especializarme en sacar fotos en primer plano por sobre todas las cosas.
Luego…, aparecieron los contrastes hasta que de repente…una tarde de otoño, golpean la puerta de mi improvisado estudio de fotografía, que con mi poco tiempo diario, había hecho con tanta cautela… en un rincón de mi pequeña casa.
Al abrir la puerta, me encontré con una amiga de la época de mi juventud, que casualmente estaba vendiendo promociones de una reconocida tarjeta de crédito…
Inmediatamente nos reconocimos y con un gran abrazo, la invité a pasar.
Me preguntó a qué me dedicaba y le dije que en mis tiempos libres…me remonto a la fotografía artística pero de manera muy personal y especialmente, con un toque de personalidad con cada cuadro que hago…. Y que luego las exhibo en alguna galería de arte, o simplemente me quedo con ellas para admirarlas y perfeccionarme para las próximas tomas…
Con un “Me encanta lo que hacés”… arremetió aquella escultural compañía femenina que tenía allí, y que realmente, hacía orgullo de su físico casi perfecto y que , al haber pasado tantos años que no la veía, me tenía más acorralado y sorprendido por tantos cambios que habían ocurrido en ella.
Su carácter tan dulce y tierno….no habían cambiado…. En cambio yo….rogaba caerle tan bien como ella lo hacía en mí.  
Nos contamos todas las historias y anécdotas de la vida pasada de cada uno, riéndonos a más no poder, pero sin sacarle la mirada sobre su cuerpo, como cuan cazador espera largas horas a su presa….
Hasta que llegó la noche y me dijo que se tenía que ir…
Sin perder más tiempo, me apuré diciéndole que orgulloso la invitaba a cenar ahí mismo, en mi improvisado estudio de fotografía, que para lo cual, le rogué que aceptara para probar mi especialidad que era la copa de mariscos al vino blanco con romero fresco…
Pareció tentarse con mi aromatizado romero que…, entre sus dudas que me hacía su hermosa cara, me dijo que si, aceptaba mi invitación, sin que se hiciera demasiado tarde, ya que al haber charlado tanto…. tenía que recuperar su tiempo de trabajo.
Acomodé unos almohadones cuadrados de colores, a la vuelta de una mesa ratona que para ese entonces, ya tenía una velas flotantes encendidas, sobre una fuente ovalada de cristal color caramelo, largando con sus danzantes llamas de luz, un maravilloso olor a canela…
Yo…en mi barra de madera que utilizaba para charlas de amigos, con banquetas altas y alumbrado por unas luces tenues que me daban unas dicroicas…, me aprontaba a preparar ese manjar llamado copa de mariscos….
Mientras picaba el romero sobre una tabla, ella me preguntó cuál era ese olor tan impregnante que mezclado con el de la canela, hacían una atmósfera entre selvática y afrodisíaca ….
Le expliqué que era una especialidad casualmente “afrodisíaca” como dicen algunos cocineros, y que… si ella me lo permitía….le quería sacar fotos mientras ella degustaba esta fantástica preparación….
Me dijo que sería algo raro porque nunca se lo había imaginado…pero con gusto aceptaba ese desafío…
Nos sentamos arrodillados sobre mis almohadones alrededor de la mesa ratona, a saborear mi personalizada preparación…
Corrí la fuente de velas flotantes hacia un costado de la mesa y le pregunté si le gustaba este plato “sensual” por así decirlo…
Con sus ojos entrecerrados me asintió con su cabeza….momento justo que aproveché para echar unas hojas de romero en el agua de la fuente que iluminaba esa hermosa velada…
Ni dudar que inmediatamente…se volvió el ambiente entre selvático y afrodisíaco, como ella me lo había mencionado antes….
Le dije que se quitara un poco de ropa… lo cual asintió y como todo caballero, le ayudé a quitarle su hermoso vestido quedando los dos….en ropa interior….
No niego que el calor, nos iba subiendo a medida que íbamos terminando nuestras copas de mariscos…
Le dije si quería probar un licor de café, que había hecho yo…hacía ya un mes, y que para mí, era la ocasión justa de comprobar si estaba bueno o no….
Ni dudarlo…
Agarré dos copitas de vidrio con unos dibujos en dorado, de una colección que me habían traído de regalo de la India, donde los motivos de cada vasito… casualmente llevaban algunos dibujos del Kamasutra…
Mientras más subía la temperatura, tomé mi máquina de fotos y comencé a pedirle que posara, para mi colección personal de fotos…
Pero con mi interés descontrolado de lo que estaba delante mío… no me di cuenta que a las fotos, las estaba tomando en el formato sepia….
Le dije que eran fotos artísticas donde nunca saco los rostros, y que su cuerpo merecía ser fotografiado por completo…..
Con un Sí casi mágico…quedó su escultural cuerpo femenino, totalmente desnudo y a mi merced, para que mis ojos, se deleitaran de esta belleza en vivo, que tenía delante de mí...
Apagué la luz de la barra que había utilizado de improvisada cocina, y por cosas del destino, la luz que nos iluminaba hacían que nuestras pieles tomasen un tono pastel….
Por fin…, se me completaba el sueño del principio, conocer en vivo una piel aterciopelada, pero bajo la mirada en otro color…
Tu piel es bella le susurré al oído…
Con un suspiro casi merecido…nos abrazamos de una manera tan especial… que entre medio de aquellos almohadones que servían de un comodísimo colchón…nos hicimos el amor… sin darnos cuenta que mi máquina de fotos…nos seguía con su disparador….sacándonos fotos, en color sepia….

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